¡Somos el Frente!

Sitio Oficial del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico - FRENTE

Los logros, conquistas y derechos laborales que existen en las leyes mexicanas han sido el resultado de la organización de los trabajadores en defensa de sus derechos. Y es que el Derecho Laboral Mexicano empieza con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, pues antes, los conflictos de carácter laboral se resolvían por las normas del Derecho Privado, lo que significaba que no había jueces especializados, ni criterios definidos.

Uno de los primeros pasos organizados de los obreros para proteger y defender sus derechos fue la conformación de sociedades mutualistas; y aquí se encuentran los orígenes del sindicalismo mexicano.

En el siguiente paso, estas sociedades y otras con fines similares, teniendo como telón de fondo la revolución mexicana y los conflictos y demandas que le dieron inicio, constituyen la Casa del Obrero el 22 de septiembre de 1912.

La Casa del Obrero es un gran esfuerzo por encauzar la organización obrera en la búsqueda por proteger sus intereses y derechos de clase, y sus primeras acciones consistieron en alzarse como un lugar para el intercambio de ideas, divulgar doctrinas e ideologías asociados al anarcosindicalismo, promover los derechos humanos, exigir reivindicaciones para mejores condiciones de vida para el trabajador, y la necesidad de dignificar y observar medidas de seguridad e higiene en los centros de trabajo.

Algunos dirigentes que participaron en la constitución de la Casa del Obrero fueron: Agustín de Haro y Tamariz, Eloy Armenta, Rafael Quintero, Rosendo Salazar, Jerónimo Rivas, Isidro Fabela, José Santos Chocano, Luis Araiza, Juan Sarabia, Pioquinto Roldan, Serapio Rendón, y las mujeres Jovita Estrada y Teresa Zarco; y muchos militantes anónimos que junto a los arriba citados, sufrieron la represión y persecución de Victoriano Huerta que la clausuro el 27 de mayo de 1914.

La importancia de la Casa del Obrero radicaba en que era el único grupo obrero con representación nacional, y que a través de ella, el movimiento obrero de México se organizó y se representó de 1912 a 1918. El calificativo de Mundial se le agrega a la Casa del Obrero como un homenaje a los mártires de Chicago, razón por la que desde 1913 era conocida como la Casa del Obrero Mundial, un lugar donde los trabajadores intercambiaban ideas, diseñaban el futuro, divulgaban ideologías y doctrinas, y también fue el sitio idóneo para que los trabajadores pudieran constituir nuevas organizaciones sindicales.