El 12 de febrero de 2010 vimos la oportunidad de crear algo diferente, único y perdurable. Y tomamos una decisión que no solo cambió el rumbo del sindicalismo minero en nuestro país, también cambió nuestras vidas y la de nuestros hijos. Cambió nuestro futuro. Tuvimos y tenemos fe en nuestras acciones, fuerza en nuestra unión y firmeza en el futuro. 

Pensaron que al formar nuestra propia organización sindical íbamos a fracasar, quisieron confundir y engañar a los compañeros al decir que se perderían nuestros Contratos Colectivos de Trabajo. Se equivocaron rotundamente.

No se movió ni un punto ni una coma de nuestros Contratos Colectivos de Trabajo. Es más, año con año, se incrementan los beneficios en todas nuestras secciones.

Y la prueba más contundente de que no fracasamos, es que estamos aquí, conmemorando nuestro primer lustro.

Han sido mil 825 días de ir contra corriente, de forjarnos un camino que nos haga distintos a otros sindicatos, de luchar y obtener la libertad sindical que antes no teníamos. Pero también han sido días en los que hemos logrado una nueva realidad.

Este sindicato no se hizo de un día para otro. En un libro llamado “El arte de la guerra” hay una frase muy acorde con lo que hemos vivido en estos cinco años: “Donde hay grandes recompensas, hay hombres valientes”.

Estoy seguro que desde aquél lejano 12 de febrero de 2010 hemos sentado las bases de un nuevo sindicalismo. Esa es nuestra recompensa, es la herencia que le vamos a dejar a los mineros del futuro, a nuestros hijos. 

Menciono todo esto porque fue el origen de nuestro descontento y la causa de que nos organizáramos para formar este sindicato. Queríamos gozar de libertad sindical: Hoy la tenemos. Queríamos ser escuchados y atendidos: En este sindicato tienen las puertas abiertas siempre.

Queríamos paz laboral: No hemos realizado una sola huelga para favorecer intereses ajenos a los de ustedes.

Queríamos mejores ingresos: estamos arriba del ingreso más alto en el sector obrero con incrementos superiores al 5 %, más bonos e incrementos en vacaciones, prestaciones, aguinaldos.

Hemos logrado todo esto por una sencilla razón: Sólo un minero entiende a otro minero. Aquí todos somos mineros de pico y pala, no solo de pico.

El hecho de que estemos aquí reunidos, celebrando ya el primer lustro de nuestro sindicato es una muestra de lo que la unión, esfuerzo y entrega de trabajadores netamente mineros puede lograr.