Napoleón Gómez Urrutia ha traicionado una y otra vez a los mineros al convertir al sindicato en un negocio familiar, atentando contra el trabajador en todo momento mediante expulsiones del gremio y haciendo caso omiso a nuestra seguridad, como ocurrió en la tragedia de Pasta de Conchos.
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Milenio
09 de Octubre de 2014