La tragedia de Pasta de Conchos también dejó al descubierto un negocio más de Napoleón Gómez Urrutia, ya que no sólo quería tener el control de los trabajadores sindicalizados, sino también de los llamados “terceros”, trabajadores contratados por tiempo determinado por una empresa de subcontratación.

De acuerdo con información de ex funcionarios del Sindicato, estos mineros, no tenían las mismas prestaciones laborales, pero que sí le significaban ingresos directos al bolsillo de Napo.

“Muchos de los trabajadores que perecieron en Pasta de Conchos, pertenecían a la empresa contratista General de Hulla S. A de C.V, y no tenían los mismos derechos laborales que los sindicalizados”, explicó Carlos Pavón Campos, actual dirigente del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico FRENTE.

Detalló que Gómez Urrutia recibía una cantidad de dinero por cada trabajador de esta empresa contratista y que Napo impuso una serie de condiciones para la firma del convenio con General de Hulla.

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El Economista
18 de Febrero de 2016