Se cumplieron diez años del estallamiento de las huelgas en Cananea, Sonora, Taxco, Guerrero y Sombrerete, Zacatecas, paros que desde entonces Napoleón Gómez Urrutia ha utilizado para beneficio personal y sólo han sido un engaño del dirigente autoexiliado en Vancouver, Canadá.

En el caso de Cananea, al día siguiente de las huelgas, la empresa se allanó y no solo eso, detectó muchas más anomalías que aquellas por las que Gómez Urrutia cerró la principal mina de Sonora.

“Desde un principio, aquellas huelgas pudieron solucionarse, sin embargo, Gómez Urrutia se encargaba de echar abajo cualquier intento de acuerdo. Desde todos los frentes se trató de llegar a una solución plena que beneficiara a los trabajadores, desde las secretarias de Gobernación y del Trabajo, de senadores y diputados, de Gobiernos estatales y municipales, pero cuando parecía que habría un acuerdo, echaba abajo cualquier punto de acuerdo”, declaró Carlos Pavón Campos, Secretario General del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico FRENTE.

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La Prensa
01 de Agosto de 2017