Con el respeto que se merece, Andrés Manuel López Obrador tiene la obligación de ser sincero y presentarse a un examen médico, pues tal vez sea presidente de México y no está en condiciones de salud para desempeñar el cargo.
Su daño al corazón y a la columna vertebral son severos, al grado de que es tratado, en su domicilio, por un staff médico que encabeza un neurocirujano, el doctor Félix Dolorit, uno de los más reconocidos y cotizados del mundo, estrella del Hospital Comunitario en Larkin, ubicado en la zona más exclusiva del sur de Florida, en el South Beach de Miami.
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