Es pregunta de nuestro tiempo si la democracia liberal está en crisis. No es algo particular en México, sino en todo el mundo. Los populismos son el rasgo común de nuestros días y lo mismo se presenta aquí que en el vecino del norte, en la Europa democrática y la del Este.La amenaza a la democracia ya no viene de la izquierda revolucionaria y rupturista, sino del populismo, es decir, un movimiento que invoca al pueblo, construye en el imaginario colectivo a un enemigo —con anclaje en fenómenos reales, pero de características desproporcionadas— (como “la mafia del poder” en el caso de nuestra arena política actual) y moviliza al conjunto de la sociedad no solo para ganar la elección sino para imponer un modelo de ejercicio del poder personalista y autoritario.
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