Tenía 22 años cuando, un 5 de junio de 1978, en Zacatecas, la Compañía Fresnillo me dio la oportunidad de iniciarme como minero. Con mucho orgullo puedo decir que empecé como rezagador, después fui ayudante de perforista, de palero, de tubero y posteriormente almacenista. Me forjé como los buenos metales, a altas temperaturas y sí, también a golpes, mismos de los que he aprendido.
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