Una vez más la cara del cinismo se llama Napoleón Gómez Urrutia. El que fuera perseguido por la Interpol por arrebatar 55 millones de dólares a los mineros, se siente con la autoridad moral de discutir un tema que nos obliga a recordar su pasado y a no olvidar que él es el padre del outsourcing de la minería.

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