Secuestrada prácticamente desde hace un año, así luce la mina San Rafael Cosalá en Sinaloa. Fue el 26 de enero cuando un grupo de mineros denunció la irrupción a la fuerza por parte de simpatizantes de Napoleón Gómez Urrutia. A la brava, aseguran, llegaron a apoderarse de las entradas a la mina y desde ese día se impide el paso a cualquier trabajador. Así nació esta historia y no como quieren hacerle creer al Presidente.

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