No sirve lamentarse desde la comodidad de un asiento de piel, cuando no se hace nada para salvaguardar la seguridad de los trabajadores.

Digo esto, ya que tras el incidente donde lamentablemente quedaron atrapados al menos siete mineros en una mina en el municipio de Múzquiz, Coahuila, Napoleón Gómez Urrutia no perdió oportunidad de rasgarse las vestiduras y mostrar una supuesta preocupación por ellos, cuando es de conocimiento general que sigue sin acudir a las minas y que ni por error convive con los afiliados a su sindicato.

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