Por más de 11 años, el capricho de un bribón arrastró al municipio de Sombrerete, en Zacatecas, a la miseria pura; dejó a más de mil familias sin empleo, sin ingresos ni para comer. A él no le importaron los niños, ni que los adultos mayores se quedaran sin medicamentos, tampoco las deudas, el pago de la renta. No le importó nada más que su avaricia.

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