Hoy, quiero comenzar con un ejercicio y hacerles algunas preguntas: ¿ustedes defenderían a alguien que robó 55 millones de dólares? ¿Seguirían confiando ciegamente en quien tiene acusaciones de robo, de extorsión y de vínculos con el crimen organizado? ¿Apoyarían a quien no solo abandonó, sino que huyó del país dejando solos a sus representados tras una tragedia?, o bien, ¿creerían en la honestidad de alguien que gasta 50 millones de pesos al mes para vivir?

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