Así como nunca había pisado una mina, sino hasta hace poco, también se sabe que nunca ha pasado una noche hospedado ahí, en el Hotel Minero Napoleón. ¿Cómo puede ser posible que Napito, tan finísima persona, estudiado en Europa y poseedor de una gran fortuna, duerma en una estancia de si acaso tres estrellas? Él no. No se cansa de demostrar que nació para hospedarse en castillos y no en el hotel de los obreros.

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