No una, no dos, sino que hasta el momento van tres veces en el año que Napoleón Gómez Urrutia utiliza como carne de cañón a los mineros para cerrar las principales carreteras de Cananea y así presionar a López Obrador para que el Poder Judicial no lo obligue a pagar los 55 millones de dólares que les robó a más de 10 mil trabajadores de aquella zona.
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