Una muestra más del cinismo desmedido de Napillo, es el recuento que solicitó a la Secretaría del Trabajo para tratar de adueñarse del contrato colectivo de trabajo de la sección 261 de Tayahua; se trata de una burla y es que, desde hace cuatro años, Napoleón Gómez Urrutia, junto con la propia empresa Ocampo Mining de Grupo Carso, han sometido a los mineros impidiéndoles que gocen hasta de lo mínimo que les permite la ley, es decir, de su negociación salarial y contractual. Es el charrismo puro.
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