A unos días de Navidad, “el gran regalo” que recibieron los mineros por parte de Napito fue un video en su ostentosa oficina y que nada tiene que ver con el despacho que ocupaba su papá, quien sí fue minero, Napoleón Gómez Sada, pues ésta luce totalmente distinta a la mayoría de los edificios sindicales que no han recibido mantenimiento en años.
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