El IMSS cumplió 80 años y para sus directivos se tradujo en aplausos y porras, pero ciegos estaríamos si secundáramos que todo está bien.

Hay que decirlo, porque la realidad es más fuerte que los aplausos, el Seguro Social llega a sus ocho décadas achacoso, debilitado, con dolencias y en algunas entidades en estado de coma, pero paradójicamente también llega rebosante financieramente hablando.

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