No conforme con quedarse con el dinero de más de diez mil compañeros mineros, equivalente a mil millones de pesos, Napillo acumula una serie de acciones torcidas y ventajosas que lo único que evidencian son las ganas que tiene de seguir enriqueciéndose y de menospreciar al gremio.

Es difícil definir qué de lo que ha hecho ha sido más grave, si el desfalco económico antes mencionado y que arrastra desde hace más de 18 años, si su responsabilidad en la muerte de los 65 mineros de Pasta de Conchos, si la extorsión a las empresas, si su engaño al pueblo de México al ocupar una curul en el Senado de la República siendo canadiense o bien el uso desmedido y grosero que ha hecho de los recursos del Sindicato Minero con los que se ha pagado varias mansiones, autos de lujo y una vida llena de excesos.

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