Meterse con el salario de los trabajadores, con las prestaciones, con los derechos laborales e incluso apostarle a terminar con gran parte de la fuente de empleos de todo un sector, eso en resumidas cuentas es lo que ha hecho Napillo de manera ininterrumpida a lo largo de seis años.
Napoleón Gómez Urrutia regresó a nuestro país de la mano de Morena, bajo la protección de una senaduría que lo blindó y erradicó de cualquier riesgo de pisar la cárcel; de otra manera, entendámoslo bien, no hubiese puesto un sólo pie en México. No olvidemos que pasó diez años escondido, sí, pero también viviendo en plena opulencia en Canadá.
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