Boletín de Prensa
El esfuerzo de los trabajadores agremiados al Sindicato Minero se evaporó, por el constante saqueo que Napoleón Gómez Urrutia realiza a las cuentas del gremio, y por el que ha logrado destinar más de 20 millones de pesos para regalar residencias habitacionales a sus hijos.
Las residencias ubicadas en varias entidades del país, y por las que se pagaron sumas millonarias, son el monumento al descaro de un dirigente sindical que utiliza a los trabajadores para enriquecerse.
A pesar de que las únicas obligaciones de un líder obrero son velar por los derechos de sus trabajadores y por el fortalecimiento de la organización, para Napoleón Gómez Urrutia el Sindicato Minero es sólo un medio para vivir rodeado de lujos, y hacerlos extensivos a sus familiares.
Sin embargo, amparado bajo la protección de organizaciones internacionales, a las que ha engañado y manipulado haciéndoles creer que lucha por las conquistas laborales de los mineros mexicanos, asegura que existen grupos cuyo objetivo es desmantelar a nuestro gremio.
El Sindicato Minero es una organización que por décadas ha sido ejemplo para la lucha obrera, precursor en la formulación de las demandas de los trabajadores, e históricamente, referente del movimiento sindical.
No obstante, es evidente que nuestros antecedentes son desconocidos e ignorados por Gómez Urrutia, quien en los últimos años ha tenido como principal tarea desmantelar a nuestro gremio, a través de la anteposición de sus intereses a los de los trabajadores, del escamoteo de los derechos de los trabajadores (como la democracia y libertad sindical), y del robo de los recursos de las cuotas sindicales.
Existen numerosas pruebas de que el señor se robó el dinero de las cuotas de los trabajadores para adquirir numerosos bienes inmuebles para él y su familia.
En el proceso penal que se le siguió a Gómez Urrutia por operaciones con recursos de procedencia ilícita, se le otorgó el amparo (276/2006 con fecha 31 de agosto de 2006), porque se comprobó que los más de 20 millones de pesos que utilizó para comprar residencias de lujo provenían de las cuentas del Sindicato Minero, y no de acciones ilegales.
En el expediente de dicho proceso se asienta que el dinero se sustrajo de las cuentas del Sindicato sin autorización de los agremiados, y para ocultar el robo que cometió contra sus trabajadores, Gómez Urrutia, cambió los cheques de la organización por cheques de caja, a fin, de que no fuera “tan evidente” que pagaba las viviendas con nuestro dinero.
El Frente de Renovación Nacional del Sindicato Minero (FRNSM), es una agrupación de trabajadores mineros creada a partir del profundo descontento, cuyo principal objetivo es rechazar que los trabajadores sigamos siendo víctimas de estas corruptelas.
Por ello, levantamos la voz para denunciar las prácticas de Gómez Urrutia, y hacer del conocimiento de la opinión pública que los trabajadores mineros viven bajo el velo del engaño y la manipulación.
Entre las pruebas que existen sobre esta corrupción, está que el Juez Décimo Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, determinó que Gómez Urrutia incurrió en el delito de abuso de confianza, toda vez que dispuso del dinero del Sindicato “sin derecho, ni autorización”, lo que constituye un delito del fuero común.
La comisión de un delito contra sus propios trabajadores ubica a este señor a la altura de cualquier dictador sindical que olvidó la esencia de la lucha obrera, para convertir a nuestra organización en un negocio particular.
Más de 20 millones de pesos gastados para comprar viviendas a su nombre y el de sus familiares, le dan sustento a nuestro dicho.
1. Casa con valor de un millón 105 mil pesos, ubicada en la calle de Camelia del Fraccionamiento de Ex Hacienda de Guadalupe en Villa Álvaro Obregón, cuya escritura quedó a su nombre.
2. Casa en Calzada del Valle, Garza García, Nuevo León, con un valor de $1´783,025.00
3. Casa en la calle Galeana, Col. Lomas del Valle, San Pedro Garza García en Nuevo León, que quedó escriturada a nombre del hijo de Gómez Urrutia, Alejandro Gómez Casso, y por la cual, los trabajadores mineros pagamos $2´000,000.00
4. Casa en la Calle Galeana, en el municipio de Garza García en Nuevo León, también, a nombre de su hijo, Alejandro Gómez Casso por un precio de $918,245.00
El listado de propiedades que Gómez Urrutia adquirió con dinero ajeno y a través de manipulaciones y engaños, es extenso, sin embargo, la residencia que evidencia la insaciable ambición del dirigente es la ubicada en la colonia Lomas de Chapultepec en el Distrito Federal, (una de las zonas más costosas del país), por la cual se pagaron 1´300,000.00 dólares.
Por si fuera poco, ésta lujosa residencia quedó escriturada a nombre del hijo mayor de Gómez Urrutia, Ernesto Gómez Casso, lo que resulta un insulto al trabajo de los mineros del país.
Aquellos que valoramos y respetamos nuestra organización debemos levantar la voz y preguntarle a Gómez Urrutia si conoce lo que es vivir con 400 pesos semanales, si sabe lo que es perder el sustento para defender a una persona que sólo ha abusado de nuestra confianza y que a todas luces nunca ha vivido como un trabajador decente.