Esta semana al sector obrero nos regalaron varias horas de carcajadas que se extendieron hasta el empresarial. Me refiero a que llegó a nuestras manos una publicación donde Napito narra su historia de vida, todo un melodrama en donde una vez más se dice víctima del sistema y perseguido político, versión que hemos escuchado infinidad de veces y que por supuesto nadie cree.

Lo cómico fue que en esta ocasión Napito llevó a un grado más allá la pérdida de realidad por la cual atraviesa y dejó ver que padece una marcada demencia senil, y es que se autodenominó “héroe del sindicalismo mundial”, ya que aseguró que así lo conocen en el mundo, hecho que en definitiva nos arrebató más de una risa y por supuesto, nos llevó a la reflexión.

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