Por muchos años no solo fui testigo, sino que puedo decir que fui rehén de los abusos y caprichos de Napito, así como yo, varios compañeros más.

Tras ocupar la Secretaría General del Sindicato, el inexperto crío de Napoleón Gómez Sada pronto dejaría ver un tipo de liderazgo basado en imposiciones, caprichos y saqueos.

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