Así o más claro. La ampliación que dio hace unos días el Poder Legislativo a las empresas para que puedan cumplir con la reforma que elimina la subcontratación, dejó ver una vez más que la cuarta transformación (4T) es tan improvisada y mal hecha que hasta en las reformas a la ley hay que rehacerles la plana y, lo más importante, que su prioridad es la recaudación de impuestos y no el bienestar de los trabajadores.

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