Un robo a la vista de todos y hubo hasta quien lo aplaudió. Napito volvió a demostrar lo que es para el sector obrero, un explotador que lo único que persigue es su beneficio personal, siempre traducido en dinero.
Sin pensar más que en llenar hasta reventar sus bolsillos, Napoleón Gómez Urrutia utilizó su cargo como presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Senadores para proponer, con total abuso de poder, la aprobación de una reforma a la Ley Federal del Trabajo que obliga a los sindicalizados a pagar vía nómina las cuotas sindicales, quieran o no.
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